En el centro de la amplia vega que riega el río Duero, se encuentra la capital de la extensa comarca ribereña: Aranda de Duero.
Tomó su nombre de los pueblos antiguos. Aranda quiere decir vega amplia, y Duero, el río que baña sus tierra.
Lugar de realengo, ya en el siglo XIII la villa había obtenido de Sancho IV y Pedro I el privilegio de su condición de realenga, a la que nunca quisieron renunciar los arandinos.
Aranda comienza a desarrollarse económicamente a partir del siglo XV. El siglo XVI es uno de los más prósperos para la villa, sobre todo a raíz de la producción vinícola, una media de 50.000 hectolitros de vino al año salían de las viñas de los agricultores.
Aranda creció gracias a la dedicación agrícola, ganadera y vinícola. Además, tiene una larga tradición en la alfarería y cerámica tradicional.
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